martes, 26 de mayo de 2015

Vuelven los Inquisodores



Por: Oscar Uzcategui (V.M. Kwen Khan) [AGEAC]

Todos creíamos que la época de las persecuciones clericales e inquisitoriales, al estilo de la Edad Media, dibujadas bastante bien en la obra El nombre de la Rosa, e igualmente llevada a las pantallas de Hollywood, eran cosa del pasado y que, por tanto, pensar en una persecución constante por parte de grupos reaccionarios y dogmáticos contra las asociaciones filosóficas indagadoras de los enigmas del hombre, sería impensable.
Hoy hemos sido nuevamente desconcertados por las campañas “inquisitoriales” que contra de la Gnosis ha desatado en Internet un grupo obscuro con intereses indecibles que se esconde detrás de un foro llamado lagnosisdevelada.com

Resultan curiosos los adjetivos y ataques que los miembros de ese “imparcial” y “distinguido” foro utilizan en contra de las enseñanzas gnósticas, sin conocer en lo más mínimo la esencia de los postulados eternos de la Gnosis y sin tener en cuenta para nada la ética ni el respeto a las ideas ajenas.





Como quiera que es tan malo callar cuando se debe hablar, como hablar cuando se debe callar, el movimiento gnóstico internacional, en su legítima defensa, quiere exponer lo siguiente:


  • A las instituciones gnósticas que siguen fielmente la tradición entregada por el presidente fundador del Gnosticismo contemporáneo, V.M. Samael Aun Weor, jamás le han interesado los lavados de cerebro sobre cualquier grupo humano de nuestra etnia social, ya que precisamente uno de los bastiones de la Filosofía Gnóstica ha sido, a través de los siglos, el destruir todo tipo de dogmas, como ese que durante tantas centurias se usó para obligar a la humanidad a aprender de memoria, y sin comprensión de ninguna especie, una cartilla clerical (el catecismo) so pena de “ir a parar al infierno o ser raptado por el Diablo”...


  • Los secuaces del anti Gnosticismo ignoran que la Gnosis ha existido desde hace milenios y que, en más de una ocasión, le ha salvado la vida a la mismísima fe cristina, como lo atestigua uno de los padres de la Iglesia cuando dice: “Los Nazarenos eran conocidos como Bautistas, Sabeanos y Cristianos de San Juan. Su creencia era que el Mesías no era el Hijo de Dios, sino sencillamente un profeta que quiso seguir a Juan”. Orígenes, Vol. II, página 150. “Cuando las concepciones metafísicas de los Gnósticos, que veían en Jesús al Logos y al Ungido, empezaron a ganar terreno, los primitivos cristianos se separaron de los Nazarenos, los cuales acusaban a Jesús de pervertir los doctrinas de Juan y de cambiar por otro el Bautismo en el Jordán”. Codex Nazarenus, II, pag. 109.


  • Los perseguidores del Gnosticismo desconocen que muchos de los grandes padres de la Iglesia Cristiana primitiva fueron gnósticos y, en consecuencia, columnas de la misma, como el propio San Agustín, quien al lado de otros se confesó gnóstico por considerar que solo el Gnosticismo tenía respuestas válidas y serias para las preocupaciones del hombre de todos los tiempos.


  • Nosotros no negamos que en el mundo existen intereses creados a los cuales conviene muchas veces manipular el cerebro de las multitudes para inclinarlos hacia sectarismos políticos, religiosos, económicos o ideológicos, pero queremos dejar claro que la verdadera enseñanza gnóstica tan solo busca que cada persona se autoobserve y se autoconozca íntimamente, para que pueda ella misma, mediante una comprensión creadora libre de todo tipo de fanatismos, descubrir sus propias debilidades y aplicar correctivos sobre sí misma con el propósito de poder desarrollarse hondamente como persona y como ente social. ¿Es esto acaso un delito? ¿Es un delito que el ser humano se pregunte por qué existo, quién soy realmente y adónde voy más allá de la muerte? ¿Qué será lo que molesta tanto a los inquisidores de nuestros días cuando saben de alguien que “quiere pensar por sí mismo” y no ser títere de ninguna organización, escuela o religión, por muy grande y poderosa que esta sea?


  • Existe el periodismo profesional y el pseudo periodismo. El primero es autocrítico, imparcial, profundo, veraz y traslúcido. El segundo es fruto de mentes deficientes, con mordazas religiosas o políticas, superficial, ambiguo, falso y con muchas reservas. Es lamentable que algunos medios periodísticos se presten al juego de las corrientes dogmáticas que han manifestado, cientos de veces en la historia, su afán mediatizador del pensamiento humano y persecutor de todos aquellos que se han atrevido a reflexionar acerca del porqué de la existencia.


  • Se busca desacreditar a las instituciones gnósticas con cualquier pretexto, por ejemplo, acusándolas de querer alejar a sus adeptos de las familias, si haberse tomado la más mínima molestia de investigar o contrastar esta afirmación. Ignoran los pseudo periodistas que uno de los pilares fundamentales en los que se sustenta la enseñanza gnóstica se encuentra en la unidad familiar y la cooperación con los seres que desde la cuna nos han rodeado. De esta forma lo explica el V.M. Samael Aun Weor (fundador de la Gnosis contemporánea), en una conferencia dictada por él mismo y recogida en un libro titulado “El Quinto Evangelio”: “El basamento de estos estudios empieza por haber alcanzado el nivel del «Buen Dueño de Casa»: buen esposo, buen padre, buen hermano, buen amigo; el hombre que vela por su hogar, la mujer que vela por sus hijos. Y si no es casada, la mujer que es la buena hija, la buena hermana, la mujer de hogar... Y si es hombre, y no es casado, será por lo menos el buen hombre que vela por los suyos, por sus familiares, y si no los tiene, pues entonces cumplirá con sus deberes, los que existen para con toda la humanidad en general. Si uno no ha alcanzado el nivel del «Buen Dueño de Casa», no sirve para estos estudios”.


  • Resulta ridículo que en Occidente ataquemos la represión periodística que se ha hecho durante más de 50 años en los países del Este, y que nosotros aquí, en Occidente, estemos empezando igualmente a perseguir a quienes haciendo uso de la “Carta Constitucional y el espíritu democrático de cualquier nación libre”, queremos indagar científicamente sobre el hombre y la trayectoria de este último sobre la faz de la Tierra.


  • La temática gnóstica de la “negación de sí mismo” es tan antigua como la historia del mundo y el mismo Jesús dejó establecido el siguiente postulado: “El que quiera seguir en pos de mí, tome su cruz, niéguese a sí mismo y sígame”. Preguntamos otra vez: ¿Es un delito, acaso, el estudiar cada quien su subconsciente con el propósito, bien definido, de impedirle al Ego animal que toda persona lleva dentro, la posibilidad de que nos haga sus esclavos? ¿Por qué, si tanto se quiere que la humanidad se regenere, no se va al fondo psicológico del ser humano en donde se encuentran las raíces de todos sus males, y se establecen remedios adecuados basados en la COMPRENSIÓN DE FONDO y en el PSICOANÁLISIS ÍNTIMO? Esta es la alternativa que plantea el Gnosticismo contemporáneo y ello molesta a quienes piensan que los problemas del hombre de nuestros días se pueden solucionar aceptando a ciegas un texto dogmático o una creencia repetida de memoria aunque se desconozca su fondo de realidad.


  • Acerca de la Alquimia sexual permítasenos decir aquí que lamentamos el desconocimiento que tienen los enemigos de la Gnosis acerca de una ciencia ampliamente conocida con el nombre de Tantrismo y la cual constituye, en sí misma, una técnica mediante la cual el hombre puede hacerse consciente de sus propias energías y canalizarlas armoniosamente a través de su cuerpo ayudándose de la ciencia de la respiración, la meditación y asimismo la Transmutación. Einstein ya lo indicó cuando enunció la ecuación de la energía al decir: “Energía es igual a masa por la velocidad de la luz al cuadrado”. Con lo cual señaló que la masa puede hacerse energía y la energía puede convertirse en masa. Esta técnica utilizada por millones de monjes adscritos al Lamaísmo en el Tíbet y en la India, y asimismo conocida por los devotos de la Yoga en Oriente y Occidente, nada tiene de extraño y mucho menos contra natura. Lo que sí es un inminente peligro es la represión de las energías sexuales o el derroche de los potenciales energéticos del ser humano, todo lo cual lleva tarde o temprano a padecer desequilibrios de todo tipo. ¿Qué saben acerca de esto los fanáticos de los dogmas clericales o científicos? ¿Por qué repiten como loros lo que ni siquiera les consta?...


  • La lógica más elemental enseña que para discernir una cosa es menester conocerla, por lo tanto el que se ríe de lo que desconoce –como bien lo apunta el insigne escritor Víctor Hugo– ESTÁ EN EL CAMINO DE SER IDIOTA. Tal es la postura de algunos fanáticos que usan cualquier medio, si el menor de los escrúpulos, para mofarse de lo que no conocen, ignorando, además, que el sarcasmo, la mentira y el insulto son las armas que utilizan hoy en día los espíritus pobres a los que se les agota su retórica malintencionada.


  • Los esquizofrénicos existen en todas las capas sociales y en todos los credos orientales y occidentales. No faltan gentes con serios desequilibrios en su personalidad que echan la culpa de sus males a la misma Gnosis, o gentes que sufriendo importantes trastornos psicológicos conocen la Gnosis y luego continúan, como lo hacían antes, perturbando la vida de los demás. Sin embargo, este es un hecho que debe ser analizado muy juiciosamente ya que nunca debemos utilizar el mismo rasero para medir a todos los seres humanos por igual. De no tener en cuenta este aspecto caeríamos en el craso error de pensar, por ejemplo, que todos los sacerdotes han sido personas con grandes represiones sexuales cuando en realidad han existido y existen hombres con profunda vocación sacerdotal al margen de muchos otros sexualmente desequilibrados.


Ha llegado la hora de que salgan a la luz los oscuros intereses que mueven a los creadores de lagnosisdevelada.com a verter en sus páginas todo tipo de calumnias, difamaciones, insidias e infamias contra la Gnosis.

Ha llegado la hora de denunciar ante la conciencia solemne de todos los pueblos y razas, de todos los credos y culturas, estas prácticas mediocres carentes de toda moralidad y respeto, llenas de manipulación y engaño, cuyos artífices creen firmemente que el fin justifica cualquier medio.

Ha llegado la hora de hacer resplandecer la verdadera y legítima Gnosis y demostrar que esta es una enseñanza esencialmente ética y profundamente tolerante, cuyo único propósito es restituir en cada uno de nosotros la capacidad de vivir consciente e inteligentemente para eliminar en nosotros las causas últimas de nuestra ignorancia y poder sondear así los arcanos de lo Eterno y del Universo que nos envuelve.

LUX IN TENEBRIS LUCEM
La Luz en las tinieblas resplandece.

viernes, 15 de mayo de 2015

incognitas no resueltas



Por: Jesús Izuel Alonso [AGEAC]

Una antigua leyenda hindú cuenta que, cuando las gentes decidieron abandonar los bosques para vivir agrupadas, los dioses hicieron una reunión de emergencia para afrontar el problema. Parece que la alarma tenía sentido.


Hoy los campos verdes y las gentes sencillas quedaron atrás. La convivencia con el viento, con el sol, con las lluvias; la paz del corazón y el regocijo de la hoguera por la noche; todos juntos, en grupo, como las grandes y verdaderas familias que se adoran mutuamente sintiendo que tú eres una parte de mí y yo una parte de ti y juntos estamos en el todo; suena a utopía. La pureza de los sentimientos como la profunda convicción de que la solidaridad solo es un valor cuando se expresa sin saber que lo que hacemos es solidario o deja de serlo, sino que es el resultado de un acto puro y sencillo inspirado por el corazón; el sentimiento íntimo y profundo de que la única felicidad es la paz profunda y que la mayor de las sabidurías se expresa cuando amamos; todas las grandes verdades quedaron atrás.


Hoy llenamos las bodegas de nuestras entrañas con Lady Gagas y héroes del fútbol, y substituimos los paisajes y los animales por paredes grises de hormigón y grafitis.


Hemos convertido el mundo en un escenario tragicómico donde la gente vive la comedia sin apercibirse de la tragedia que late tras el absurdo diario.


Los ingleses llaman «rat race» al gran teatro de la vida occidental, carrera de ratas en la que cada quien sale en la mañana de su ratonera; 70 metros cuadrados comprados a mil veces el precio por el que nuestros abuelos tenían una vivienda digna, con granero, animales y huerto incluidos; camina el espacio hasta el metro, autobús o tren que le llevará al mismo vagón a la misma hora; leerá los titulares casi idénticos día a día; comentará, con enorme habilidad dialéctica y haciendo muestra de gran personalidad e inteligencia, cómo el ganador de Gran Hermano debería haber sido fulanito, cómo el personaje de moda es así o asá…, o, en el máximo esfuerzo filosófico, analizará la política diaria; y finalmente, creyéndose libre, no es capaz de salir de entre los árboles de su vida para darse cuenta del bosque en el que habita; el absurdo mecánico y repetitivo que le llevará un día a la fosa sin haberse dado cuenta de quién era o por qué vivió ni para qué existía; es más, ni siquiera por un segundo pensó en hacerse ninguna de estas preguntas.


Nadie ha descrito la «rat race» mejor que el Dalai Lama, cuando dijo que los occidentales vivimos como si nunca fuéramos a morir para después morir como si nunca hubiéramos vivido.

Hoy, como bien dijo el V.M. Samael Aun Weor, todos somos víctimas de la enfermedad del mali-mali, más conocido como latah; sin embargo nunca nos daríamos cuenta de cómo repetimos, copiamos las actitudes de nuestro entorno; nos ponemos tatuajes como el actor de moda y nos dejamos famélicas hasta la enfermedad para seguir a la modelo de turno; héroes y heroínas del todo a cien que desaparecen como flores de un día para dejar el hueco al siguiente “top star”; actores del esperpento colectivo que nos hunde en el mimetismo hasta agujerearnos los labios, los pómulos y otras partes más secretas de nuestra anatomía solo por responder a la llamada de ser «popular», «cool», «guay» o cual sea el eufemismo tras el que escondamos nuestra propia iniquidad; actitudes masoquistas y autodestructivas tras las que late el vacío interior, el frío gélido que se ha apoderado de nuestros corazones vacíos; muros de nuestra imagen hacia los demás tras los que dejamos apagar el fuego de nuestro hogar, y alejados de nuestra propia esencialidad, de lo que “SOMOS” más allá del cómo “ESTAMOS”, perdemos esta oportunidad que llamamos «vida».


PARTE I: UNA SOCIEDAD LEVANTADA SOBRE PIES DE BARRO

HABLEMOS DE FÍSICA


Las universidades dejaron muy atrás los tiempos en que eran lugares de debate abierto, donde los científicos se daban cita para plantear opiniones, avances, descubrimientos, en la lucha de la ciencia por acercarse a eso que llamamos “REAL”. Hoy, en cambio, se adoctrina a los estudiantes diciéndoles lo que tienen que creer y, lo que es más grave, lo que tienen que rechazar; sin permitirles saber la gran verdad de que «imposible solo es aquello que todavía nadie ha hecho».


La ciencia materialista todavía no ha descubierto la materia. Irónico, absurdo. Lo que parecía denso (la materia) pasó a ser una nube que daba cita a supuestas bolitas que giraban en torno a un núcleo de otras bolitas con valores eléctricos negativos, positivos y neutros; descubriendo entonces que esas supuestas bolitas solo llenaban el 1% del espacio del átomo, quedando el 99% restante vacío.


Posteriormente esas partículas se descompusieron en otras inferiores a las que se denominó quarks, demostrando entonces que de nuevo el 99% del espacio que ocupaban los electrones, protones y neutrones estaba hueco. Así pues, en estos días se ha demostrado que 9.999 de cada 10.000 partes de materia están desaparecidas. Y podríamos seguir.


Newton emitió los 3 principios de la física, que Einstein desarrolló exitosamente en su Teoría de la Relatividad General; dando una buena aproximación al comportamiento de los cuerpos celestes en base a la fuerza gravitatoria. Fue este último gran científico quien explicó que existe una Cuarta Dimensión que es el Tiempo, así como que la masa y la velocidad de un cuerpo doblan esa malla o estructura espacio-temporal.


Pongamos un ejemplo. Supongamos que estamos parados en nuestro coche y al lado hay otro coche. Supongamos que salimos hacia adelante a la mitad de la velocidad de la luz. Supongamos ahora que el otro coche, que está parado en el mismo punto de partida, enciende las luces. Esa luz nos alcanzará y, naturalmente, nos sobrepasará. Pero ¿a qué velocidad nos adelantará ese haz de luz? La lógica nos dice que a ½ de la velocidad de la luz, sin embargo la respuesta correcta es que nos adelantará a la misma velocidad de la luz. ¿Cómo es eso posible? Sencillamente porque nuestro coche, moviéndose a esa velocidad, es capaz de “frenar” el tiempo de modo que sea más lento. O lo que es lo mismo, estamos viviendo “otro estado de las cosas”. He ahí la Relatividad de las cosas, que nuestro intelecto no puede comprender.


También fue Einstein quien dijo que E=mc2. Si c es una constante (la velocidad de la luz), esta formulación es tanto como decir que masa y energía son la misma cosa pero en un estado diferente; podríamos decir que la masa es energía en un estado «más condensado». Luego lo comprenderemos mejor.


Todo esto respecto a la Fuerza de la Gravedad y el comportamiento de los grandes cuerpos, pero ¿qué pasa con lo pequeño, con los átomos y las partículas que conforman la materia? En este terreno apareció la Física Cuántica, que nos habló de esas partículas como una especie de “leyes” cuyo comportamiento funciona como la probabilidad de que existan o no en uno u otro lugar del espacio-tiempo.


Sin embargo una teoría explica el funcionamiento de los grandes cuerpos celestes y la otra explica el funcionamiento de lo infinitamente pequeño. ¿Cómo puede ser que un cuerpo se comporte de una manera u otra dependiendo de su masa? No tiene sentido. Algo falla.


Pues bien, los científicos llevan tiempo buscando la Teoría que unifique la física, y para ello apareció en el siglo XX la Teoría de Cuerdas, que se presenta como Teoría del Todo, es decir, viene a cubrir el espacio entre ambas (Relatividad y Física Cuántica) para ser la Unificación que los científicos buscan desde hace tantos años.


Y esa Teoría de Cuerdas viene a decirnos lo siguiente:

  • Todo está hecho por cuerdas, pequeños hilitos vibrantes sin masa.

  • La vibración (sonido) de las cuerdas define las características de un elemento, desde su color hasta su masa…

  • Todas las fuerzas son cuerdas. Por ejemplo la gravedad sería la interacción entre los cuerpos y los Gravitones, partículas que arrastran a las masas hacia el centro de gravedad que les corresponde, por pura afinidad vibratoria. Los cuerpos que, debido a sus características atómicas, interaccionan más con los Gravitones son arrastrados con más fuerza, dando lugar a un peso mayor.

  • Vivimos en un universo de 12 dimensiones que coexisten aquí y ahora.


Como resultado podemos concluir: todo es vibración, todo es energía y, por lo tanto, vivimos en una GRAN SINFONÍA CÓSMICA, donde los fenómenos son solo la manifestación de interacciones vibratorias que nuestros sentidos recogen y generan una imagen (visual, acústica…) determinada en nuestra mente que denominamos impresión.


Esta manifestación no es nada disparatado. Baste recordar que, por ejemplo, las imágenes que vemos con nuestros ojos son meros impulsos energéticos (vibraciones) que estimulan la retina de nuestros ojos; esta los convierte en impulsos nerviosos que van a la parte trasera de nuestro cerebro; y allí, en la más profunda oscuridad, nuestro cerebro crea una imagen. ¿Dónde quedó el objeto, dónde quedó eso que podríamos llamar noumeno? ¿Qué es, pues, lo que nosotros sabemos de “la cosa en sí”?


HABLEMOS DE MEDICINA

Se nos ha dicho que son las neuronas de nuestro cerebro las que guardan todo lo que sabemos. Sobre esta base, Karl H. Pribran decidió estudiar cómo las neuronas podían albergar esa información. Como resultado dedujo que todo lo que sabemos se almacena en «ruedas energéticas» que se mueven en torno al cerebro.


En una palabra, nuestra memoria es energía que se mueve en torno a su hilo conductor que es el cerebro. Para entenderlo mejor, nuestro cerebro es como una tarjeta de memoria de nuestro ordenador. Mientras está enchufada conduce la información, pero cuando la desenchufamos solo es un trozo de metal vacío.


Fue entonces cuando se separó la memoria del cerebro y se demostró que nuestro mundo psicológico es algo que nuestro cuerpo conduce, pero que no necesita dicho cuerpo para existir.


Más aún, en la universidad de Heartmath, en California, decidieron entonces hacer los mismos experimentos pero esta vez con el corazón. Los resultados fueron sorprendentes. Descubrieron que este órgano mueve unos campos electromagnéticos todavía más fuertes y complejos que el propio cerebro, infiriendo de ello que el corazón tiene su propia «sabiduría» y responde a una lógica distinta que le es propia.


Con razón, cuando un enamorado grababa en un árbol una inscripción de amor, siempre puso «fulanito-corazón- menganita», nunca puso «fulanito-cerebro-menganita».


EL ORIGEN DEL UNIVERSO


Asomándonos a las explicaciones «científicas» del origen del universo, los «científicos» nos han llevado a la conclusión de que la materia estaba condensada en un punto y estalló dando lugar al infinito en que vivimos.


El primer análisis de esta afirmación plantea algo muy obvio: si la materia estaba condensada en un punto, entonces todavía era más densa que la materia que hoy conocemos, es decir, por decirlo de algún modo, «todavía era más materia».


Si hemos visto que energía y materia son la misma cosa en un estado vibratorio distinto, esa «bola» que dio origen al supuesto «Big Bang» era más densa que la materia que hoy conocemos; de modo que ¿de dónde salió esa «bola» super-hiper-mega-densísima que estalló?


Un segundo análisis de la cuestión nos llevaría a pensar que jamás alguien puede ser hijo de sí mismo. Decir que la materia estalló para formar la materia es un sinsentido y no soporta el menor análisis científico ni lógico.

Por todo lo visto, es mucho más cuerdo expresar que el origen de la materia es, precisamente, la energía, o lo que es lo mismo, podemos decir que la energía es un estado más sutil (frecuencia más elevada) de la materia, y esta es hija de la energía, pues aparece al densificarse (bajar de frecuencia) la energía que la sustenta y le da todas sus características (color, masa…).


Esta manifestación, además de ser más lógica, queda perfectamente sustentada por la Teoría de Cuerdas de la que ya hemos hablado.


Llegados a este punto, comprobamos que la física, a través de la Teoría de Cuerdas, nos dice que vivimos en una ilusión formada por las impresiones que reciben nuestros sentidos, sobre una materia hueca que es solo la manifestación de unas características (color, masa, textura, tamaño, distancia…); y nosotros nos identificamos inmediatamente con esa realidad ilusoria, engaño en el que caemos y que es agravado en los colegios y las universidades donde se adoctrina y programa nuestras mentes sobre principios que, como vemos, carecen de sustentación y resultan dogmáticos.


Pero ¿dónde queda entonces la realidad? Sencillo: la mente es la pantalla sobre la cual se proyectan todos los fenómenos de los que estamos hablando.


LA MENTE


Platón expuso en su Mito de la Caverna de un modo muy claro qué es la mente. Nosotros aludimos a ese mismo Mito de la Caverna, pidiéndole permiso a Platón para actualizarlo.


Supongamos que estamos en un cine. Las luces están apagadas y la sala en silencio. Supongamos que no recordamos nada anterior a esa sala de cine. Miramos la pantalla e inmediatamente entendemos que esa es la realidad, no existe otra verdad que eso que estamos viendo y viviendo.


Supongamos ahora que, de pronto, se encienden las luces. ¿Qué estaríamos mirando? ¡Una pantalla blanca y lisa! ¿Dónde está la realidad? Justamente a nuestra espalda, en el fondo de la sala, en un rollo de película.


Eso es nuestra mente: una pantalla donde se proyectan las escenas de nuestra vida.


Y ¿qué es nuestra vida? Nuestra vida entera está contenida en un rollo, una película grabada con los personajes, escenas, amores, traiciones, envidias, sacrificios y todo el largo etcétera de sabores y sinsabores, el guión completo de nuestra historia contenido en un rollo.


Para descubrir esa verdad necesitamos darnos cuenta de que no tiene sentido entender la realidad como la proyección de la misma. Comprender que la materia es resultado de la densificación de la energía es tanto como comprender que cada acontecimiento de nuestra vida tiene un sentido.


Y eso es el tiempo, ese rollo recogido sobre sí mismo; una dimensión o estado de las cosas donde el ayer y el mañana se reúnen en un eterno «ahora»; allí donde está escrito el guión completo de la existencia de todas las cosas.


¿Y la vida? La vida es exactamente la proyección de ese guión, de todo eso que somos, en el escenario de la existencia, es decir, en la mente.


¿Cuál es entonces el sentido de la existencia? Modificar ese guión. Lógicamente jamás podríamos modificar el guión de nuestra existencia, es decir, todas las escenas de ira, codicia, lujuria, envidia, orgullo, pereza, gula, amores, deseos, entregas, sacrificios, etc., etc., etc.; si no proyectáramos la película.


Con una particularidad: al proyectarla contamos con la Ley del Libre Albedrío, es decir, somos libres de modificar ese guión. Al modificarlo hacia mejor, vamos eliminando tantas escenas, tantos actores, tantas leyes como nos atan y nos obligan a repetir una y otra vez el escenario de la existencia, y nos vamos liberando poco a poco de eso que podemos llamar «la pena de vivir».


Por el contrario, si nos entregamos a los vicios y a las pasiones, a las escenas de ira, Egos pendencieros, lujuriosos, etc., nos atamos cada vez más a la existencia, firmamos más y más letras kármicas que nos llevarán a repetir el ciclo de nuestra vida pero con escenas cada vez más densas, inferiores, enterrándonos cada vez más en el escenario de la materia.


Entendemos ahora científica y prácticamente lo que quiso decir Immanuel Kant al afirmar “Lo exterior es reflejo de lo interior”.


Y entendemos ahora también por qué todas las antiguas tradiciones comprendieron el tiempo de un modo cíclico, redondo, repetitivo.


Llegados a este punto cabe plantearnos: observando un universo tan magnífico como este que nos rodea, en el que cada constante (número Pi, Número de Avogadro, aceleración gravitatoria, constante de Planck, etc.) está ajustada de un modo tan exacto que la más mínima variación haría que el universo colapsara o se disgregara; donde los planetas se mueven de un modo tan increíblemente perfecto y precioso, en la gran danza cósmica de giros, rotaciones, traslaciones…; formando ciclos y más ciclos cada uno milimétricamente encajado en un ciclo superior…; ¿cómo podemos pensar que nuestra vida es azar, casualidad, nada…?


LA «CIENCIA» DEL AZAR


En el pasado, las gentes, ignorantes e impotentes ante los acontecimientos de sus vidas y de sus entornos, ponían en manos del Divino el porqué y el para qué de cuanto les acontecía; llevando a las Iglesias corruptas a aprovecharse de ese hecho para imponer sus intereses camuflados como supuestas doctrinas, camino único hacia la felicidad, hacia Dios, etc.


Las pobres gentes, impotentes, solo pudieron ceder al chantaje sucio y malintencionado de aquellos que pretendieron ser administradores del Cielo y del Infierno.


Siempre la corrupción política y religiosa ha marcado la pauta de las sociedades, y hoy la «ciencia» se suma a esa lucha por hacerse acreedora de la «Verdad» absoluta y única, condenando a los críticos al ostracismo, al escarnio público, a la ridiculización y al sambenito eterno; en ese mercadeo por obtener la credulidad de las almas, como empresas que compiten por mejores cuotas de negocio.


Se ríen los dizque «sabios» de aquellos que buscaron en una inteligencia creadora el origen de la existencia, la explicación lógica a las sempiternas cuestiones: “¿quién soy?, ¿por qué existo?, ¿qué era antes de nacer?, ¿a dónde iré cuando muera?”, etc., etc., etc.


Hoy, en cambio, esta ciencia «superior» materialista se ríe de las eternas preguntas que a lo largo de la historia han dignificado al hombre y lo han diferenciado del resto de las bestias.


Pero, curiosamente, esta «ciencia» aspirante a ser la encarnación de la «Verdad Absoluta» ha eliminado a esa inteligencia que ha creado y ordenado cuanto existe y la ha sustituido por el puro azar.


Y en ese acto creen ellos haber dado un paso adelante hacia la verdad. Impresentable. Indigno. Falsedad malintencionada.


¿Acaso puede considerarse más probable que la Creación, esta inigualable Gran Sinfonía Cósmica, esta suma de Leyes y circunstancias tan increíblemente infinita y perfecta que conforman el Gran Escenario Cósmico, sea más fácilmente explicable por el puro azar que por la existencia de un “Director de Orquesta”?


Recordando las palabras del Maestro Samael, ¿podría acaso existir una mecánica sin mecánicos?

Obviamente la respuesta es ¡no!, ¡no! y mil veces ¡no!


Pretender explicar la Creación por el azar es tanto como sustituir la inteligencia creadora por el absurdo. Científicamente impresentable. Matemáticamente imposible.


La sustitución de Dios como inteligencia creadora, por el azar es un terrible paso atrás que la humanidad dio en base a una malintencionada y absurda Teoría de la Evolución.


LA TEORÍA DE LA EVOLUCIÓN


En el siglo XV los científicos afirmaban que la Tierra era plana. Para sostenerla dilucidaron que debía apoyarse en cuatro elefantes gigantes, que a su vez se hallaban sobre una gran tortuga.


Según esa teoría «científica», si alguien llegaba al «fin del mundo» caería hasta los pies de los elefantes. Si sobreviviera sería pisoteado por ellos y, si lograra escapar, la tortuga lo devoraría.


Corría el siglo XIX cuando Charles Darwin enunció la teoría de la Evolución de las Especies en su libro El origen de las especies por medio de la selección natural, o la preservación de las razas preferidas en la lucha por la vida.


En aquel tiempo se dieron cita una serie de «grandes hombres» (y remarco las comillas) que desarrollaron esta teoría, que avanzó paralelamente a la Eugenesia (el mismo hijo de Charles Darwin fue presidente de la Sociedad Eugenésica) y de todo tipo de teorías destinadas a un único fin: declarar que el hombre blanco es superior a todas las demás criaturas, y que la élite británica de aquellos tiempos era superior al resto de los hombres blancos, por cuanto eran la culminación de esa supuesta evolución.


Entre otras joyas cabe destacar del mencionado libro que el hombre negro es el eslabón entre el gorila y el hombre blanco, y que la mujer está menos evolucionada al poseer comportamientos de imitación próximos a los animales.

Por su parte, la mencionada Eugenesia ha llevado al asesinato y a la esterilización de miles de hombres y mujeres de clases pobres, al defender que las clases acomodadas lo son por derecho «evolutivo», y es, por lo tanto, de derecho natural que esas clases altas controlen a las más pobres y, consecuentemente, menos evolucionadas.


En este orden de cosas, cabe destacar que los científicos y profesores más fervientemente darwinistas jamás han leído a Darwin, y se limitan (como es habitual en las «universidades» de nuestros tiempos) a recitar al pie de la letra lo que la ciencia oficializada ha decidido que es lo correcto.


Al hablar de «verdades oficializadas» nos referimos a todas esas teorías nunca demostradas que enseñamos a nuestros hijos en las escuelas como algo irrefutable, y que, más allá de esto, dejan fuera del mundo científico a quien ose contradecirlas; erigiendo muros exclusivos y xenófobos a los críticos que pretendan abrir puertas para que entre la luz en el mundo de la ciencia dogmática.


Si de verdad todas las formas de vida procedieran de una misma forma original, y esta hubiera evolucionado durante millones de años ramificándose y dando lugar a la multiplicidad biológica que hoy habita este planeta, es obvio que este proceso hubiera durado millones y millones de años, y como consecuencia el planeta estaría plagado de fósiles de intermedios entre todas las formas de vida que conocemos.


Pero más allá de esta afirmación, si el gorila (o el chimpancé, como más tarde se ha declarado por parte de la ciencia oficial) evolucionó en hombre; teniendo en cuenta que el chimpancé ha sobrevivido y que el hombre también, ¿por qué todos los infinitos intermedios desaparecieron? Y ¿dónde están sus restos?


Y ahora extendamos esta afirmación a todas las especies: si el original y el destino de una evolución cualquiera sobreviven, ¿dónde están todos los intermedios entre todas las especies que existen?

No tiene sentido.


En un segundo análisis, cabe decir que un estudio científico realizado en Italia durante los años 80 determinó que la probabilidad de que se cree un Aminoácido por puro azar era de 1/1023.


Escribámoslo para entender la cifra: 0,00000000000000000000001.

La siguiente pregunta es: ¿y con eso tenemos vida? Absolutamente ¡no!


Un aminoácido es solamente una molécula que conforma un gen. Para fomar un gen, necesitaríamos cientos de aminoácidos que se combinaran perfectamente, de modo que dieran lugar a una cadena de aminoácidos que formaran un gen válido, pues no cualquier combinación de aminoácidos generaría un gen adecuado. De modo que la probabilidad habría que ir multiplicándola tantos cientos de veces como aminoácidos se necesitan para formar un gen, y luego añadir la dificultad de que la combinación de estos fuera la precisa.


Así pues, el resultado es que, para escribir cabalmente la cifra que expresara la probabilidad de que se forme un gen por puro azar, necesitaríamos enciclopedias completas llenas de ceros.


Pero eso es solo un gen. Ahora necesitamos una cadena de genes, creados por casualidad, que de nuevo se combinen exactamente de la manera precisa para dar lugar a un cromosoma que, a su vez, sea válido para la vida.


Obviamente, la cifra que estamos barajando es tan ínfima, que ya no cabe hablar de que la formación de un cromosoma por casualidad sea improbable y tendríamos que afirmar que es imposible.


Pero sigamos; ya tenemos un cromosoma. Ahora necesitamos que se formen proteínas para dar lugar a la primera forma que podríamos denominar «vida» y que es el virus. Esas proteínas tienen que combinarse adecuadamente para que respondan a la información de los cromosomas, ¡por azar!: imposible.


Supongamos que sí que aparece por ahí una cadena de proteínas y se combina con ese cromosoma. Ya tenemos un virus. ¿Qué es lo que caracteriza a un virus?: ¡que no es capaz de reproducirse por sí mismo! Necesita una célula o una bacteria para reproducirse… Por eso durante mucho tiempo se consideró que el virus ni siquiera era un ser vivo.


Pues bien, esta teoría se la enseñamos a nuestros hijos en las escuelas como algo válido y demostrado.


Afortunadamente, científicos de la talla de Máximo Sandín, biólogo y profesor de Evolución Humana en la Universidad Autónoma de Madrid, dan la cara y ponen los puntos sobre las íes. A costa, claro está, de convertirse en el hazmerreír de sus «compañeros», siendo denostados y arriesgándose a perder sus propios empleos, se atreven a levantar la bandera de peligro y afirmar que «lo no puede ser no puede ser, y además es imposible».


La selección natural es algo obvio, innegable. ¿Quién puede dudar de que el más fuerte se impone en la naturaleza, para procrearse por delante de los más débiles, dando lugar a una selección genética?

Pero ¿cómo decir que un pez tenía muchas ganas de andar y, como consecuencia, se le desarrollaron patas y salió del agua? ¿Cuándo se ha visto una especie transformarse en otra? ¿Dónde están todos los intermedios?


El hombre siempre ha querido volar. ¿Alguien tiene en sus espaldas el atisbo de la aparición protuberante de unas futuras alas? Absurdo. Falso.


La corrupción se cuela calladamente en nuestras mentes como el agua por las rendijas del edificio desahuciado. Es difícil verla. Especialmente cuando desde niños nos han hecho comulgar con ruedas de molino.


Con razón dijo un sabio: «El mayor problema de la ciencia no es lo que desconoce, sino lo que cree que conoce pero es falso».


SOCIOLOGÍA


Son tiempos difíciles.


Entre pisaverdes y perdonavidas, la cabalidad y el sentido común se ven aprisionados en una civilización carente de fuego en la sangre.


Nos comemos la moda de «lo que se lleva» mansamente, mientras otros se benefician de nuestro beneplácito dócil y autodestructivo.


En estos tiempos la política ha pasado de ser el trato diplomático entre las personas, que persigue, en base a una ética y unos principios, un bien común; a ser una clase social carente de todo principio y, lo que es peor, de una finalidad. La ideología ha dado lugar a los intereses y el «trapacerismo».


Se han inventado unos conceptos como la «rentabilidad», «el estado del bienestar», un falso concepto de «libertad», una falsa «democracia», etc.; y los políticos se limitan a mantener ese estado de las cosas que les beneficia mientras engordan sus sueldos a la vez que congelan los de sus compañeros, los trabajadores públicos.


Hoy, mientras Allan Greenspan manifestó públicamente que las grandes culpables de la crisis eran las corporaciones bancarias por sus malas prácticas en pos de beneficios crecientes y rápidos, cuando el mismo Obama manifestó que haría devolver a dichas corporaciones todo cuanto habían robado, los gobiernos vacían las arcas públicas (es decir, el dinero del pueblo) para sanear esas cuentas perversas de los mismos ladrones que han robado a la gente; Robin Hood… pero al revés. Eso sí: todo por el bien común.


Y para sanear las cuentas se exige a los gobernantes de los países que desmonten la economía familiar de su gente y dinamiten los derechos del trabajador; pero nunca se les exige que minimicen sus propios gastos; no se les exige que disuelvan tantos estamentos oficiales que duplican y multiplican las competencias hasta convertir nuestro mundo en un maremagnun legaloide en el que nadie entiende nada; leyes que modifican leyes que modificaban otras leyes…; locura, sinsentido.


Y en esta vorágine en que cada semana 300 familias madrileñas son desahuciadas de sus casas y atraviesan las puertas de sus hogares para nunca volver, quedando estos en manos de las entidades bancarias y ¡¡manteniéndose, pese a perder esas pobres gentes el inmueble, la deuda con dicho banco!!; las gentes nos miramos unas a otras pensando «eso no me pasará a mí», y desahogamos nuestra impotencia en correos con PowerPoint autocompasivos y en movimientos 15M que no sirven para nada porque, en realidad, no saben lo que quieren.


Mientras los grandes planifican una guerra cuyos tambores ya atruenan el mundo entero, los medios de comunicación nos entretienen con visitas de presidentes a otros presidentes, recepciones diplomáticas de reyes a otros reyes y farándula ridícula de pseudoartistas cuyos cuadros no se sabe si han sido hechos por una persona o por un chimpancé.


Ya las canciones no hablan del amor de un hombre a una mujer a la que admira viendo en ella algo demasiado sublime y hermoso, algo demasiado dulce y excitante como para creerse merecedor de ella.


Ya las mujeres no se hacen valer ante los hombres; las cantantes tienen que pasar por el rasero de la desnudez pública para abrir las puertas hacia el gran público.


Alguien dijo una vez: «Si quieres corromper a una sociedad, corrompe a sus mujeres». La mujer es la tierra en la que se gesta la vida. Es el origen de toda creación. Si envenenamos la tierra, ¿qué planta puede salir?


¿Evolución? ¿Dónde está la Evolución? Como dijo el V.M. Samael, ¿alguien podría comprender una evolución infinita? ¿Cómo podría existir la evolución sin involución? ¿Cómo podría involucionar, corromperse, algo que antes no ha evolucionado? ¿En qué momento hemos pensado que nosotros no estamos afectados por los ciclos evolutivos e involutivos que conforman la Naturaleza?


¿Dónde están las personas? ¿Dónde estamos? Nos roban los derechos, la dignidad y hasta el dinero, y todos seguimos apoltronados haciendo «zapping» entre partido y partido de fútbol, y preocupados por dónde conseguir el último Ipod que hoy es una novedad pero el mes que viene quedará siendo una antigualla.

martes, 12 de mayo de 2015



Por: Emmelie Hagberg (Psicóloga) [IAO]

UNA PEQUEÑA INTRODUCCIÓN


Adentrarse en el mundo de la psicología humana para encontrar en él la raíz de muchos hábitos, trastornos, frustraciones o simples reacciones es siempre un reto apasionante. En mis 27 años como profesional asistiendo a los familiares de las víctimas de catástrofes, a personas que han intentado reiteradamente el suicidio, o simplemente a individuos con trastornos severos de la personalidad, entre otros muchos casos, he podido comprender un poco más el complejísimo mundo de la mente humana.


Ávida siempre de nuevos retos, cuando un colega mío me obsequió en las Navidades de hace unos años con una obra de psicología del Dr. Samael Aun Weor rápido empecé a devorar sus páginas. No he de negar que al mismo tiempo que leía mi psiquis iba refutando todo aquello apelando a la cultura que había adquirido en las aulas de la universidad. No era fácil para alguien como yo, educada bajo el prisma de la psicología oficial, encajar ciertos postulados ciertamente revolucionarios.


Mi amada psicología de tanto tiempo me aconsejaba alimentar mi amor propio como mejor método de abrirme paso en la vida, sin embargo aquella nueva ciencia me indicaba que debíamos erradicar todo amor hacia uno mismo para volcar ese amor hacia los demás. No fue tampoco fácil aceptar que las objeciones a todo aquello que no nos agrade

alimentan en nosotros los elementos subjetivos que nos atan a la vida, máxime para una persona como yo acostumbrada a refutar todo aquello que no encajaba en mis cánones de conducta.

Afortunadamente el colega que me obsequió con aquella obra fue también mi preceptor y con él empecé a reunirme para analizar y reflexionar a fondo los pormenores de aquella nueva psicología de la que él, evidentemente, conocía mucho más que yo. Poco a poco, no sin que mis fueros internos con frecuencia se estremecieran, fui adentrándome en esa nueva forma de pensar, dándome cuenta de lo limitada que había sido hasta ese entonces mi visión de la vida, especialmente al descubrir la universalidad de esos conceptos en obras clásicas de la literatura occidental y especialmente oriental.


Sin pretender adornar en exceso estas líneas con detalles que considero poco relevantes, concluyo diciendo que hoy sigo atendiendo a muchas personas como psicóloga profesional con una capacidad de análisis y comprensión que modestamente, gracias a la psicología gnóstica, he visto crecer más en estos dos últimos años que en los 25 anteriores.



CONDUCTAS AGRESIVAS Y ANTISOCIALES


Vayan por delante mis advertencias que las conclusiones que se derivan del estudio hecho a personas con algún tipo de aversión a la gnosis no son absolutas ni mucho menos definitivas. Y no lo son esencialmente porque los individuos analizados han sido 19, y para cualquier profesional como yo, deseoso de alejarse de la subjetividad, hubiera sido deseable una muestra mucho mayor. Aun así creo que nos pueden dar una idea aproximada de la raíz de estas conductas.


Para comenzar debo decir que desde el mes de febrero del año 2011 he ido analizando la conducta de diferentes personas relacionadas con el acoso a la gnosis en base a lo que ellas me han transmitido verbalmente y por escrito (aclaro que me baso en lo que ellas me han hecho saber sin haber podido comprobar si lo que aseveraban era totalmente cierto). La primera con la que empecé el estudio data de febrero de 2011 y la última de junio de ese mismo año. Desde entonces he mantenido contacto con un total de 19 personas, 16 a través de chat o email y 3 personalmente. Debo añadir que nunca manifesté ser psicóloga y mucho menos que mi interés en establecer nuestra relación era fruto de un estudio de su comportamiento. También doy fe de que nunca incliné ni induje una respuesta, aunque ciertamente en todos los casos tuve que hacerme pasar por una persona disgustada con la enseñanza gnóstica.


De los 19 casos analizados, 11 (58%) no habían conocido la gnosis directamente y 8 (42%) eran ex miembros de alguna asociación gnóstica.
La totalidad de las personas del primer grupo mostraron todas estar contrariadas con la enseñanza gnóstica porque una tercera persona cercana a ellas tenía algún vínculo con la gnosis. La aspiración ferviente de que abandonaran esos estudios provocaba reacciones de intransigencia que rayaba incluso en conductas delictivas como la amenaza o el deseo de destrucción. Se manifestó siempre con mucha fuerza el deseo de imponer por la fuerza sus criterios a los demás, llegando a decir frases como “que dejen en paz a la humanidad”, en alusión a los gnósticos, en una clara atribución de la opinión de millones de personas en el mundo que ni conocían.

El segundo grupo, el de personas que habían tenido contacto con la enseñanza gnóstica, 7 (37%) mostraron algún tipo de deseo frustrado mientras estuvieron en la gnosis. Los 7 manifestaron constantemente su insatisfacción por no haber obtenido resultados en sus ejercicios, a pesar de que la mayoría también afirmaron que nunca fueron constantes en ellos. Solo una persona de esas 7 afirmó haber estado durante un mes realizando una práctica para lograr lo que en el gnosticismo se conoce con el nombre de desdoblamiento astral. Dos de ellas expusieron además otras frustraciones, la primera por considerar que no le dieron las responsabilidades que merecía, y la segunda porque se le hizo repetir una fase de estudios. La persona que resta en este grupo de un total de 8 no manifestó ningún deseo frustrado, ni por no haber alcanzado los objetivos previstos ni por no haber adquirido la posición esperada; su antipatía a la gnosis se debió a una discusión con el director de su escuela y su consiguiente expulsión.


Cuando indagué sobre la conducta de esas 16 personas con algún tipo mayor o menor de frustración, todas ellas (100%) confesaron haber vivido episodios de violencia extrema anteriormente: 11 de tipo familiar, 8 de ellas en sus trabajos, 4 en ambientes públicos no estresantes, y 3 en eventos deportivos. Entiéndase que varios los tuvieron en más de un ambiente.


Algo llamativo también fue observar en 15 de las 19 personas analizadas (79%) manifestaron conductas de tipo obsesivo:  la mayor parte de su tiempo libre lo dedicaban a escribir o hablar sobre este asunto, aislándose así de su entorno familiar o de amistades, esencialmente de aquellos que eran ajenos a este problema.



CONCLUSIONES DEL ESTUDIO  



Habiendo deseado que la muestra hubiera sido mayor para minimizar el margen de error, puedo concluir por los casos estudiados lo siguiente:


1. El comportamiento agresivo de las personas que no habiendo conocido la gnosis han volcado sus iras contra ella obedece en gran medida a un elevado nivel de autoritarismo e intransigencia donde se exige obediencia ciega no solo a la persona que desea estar en la gnosis, sino en general a toda la sociedad. Por su escasa debilidad argumental  con frecuencia utilizaban el insulto para confundir, apropiándose de la opinión de miles o millones de personas para creerse y dar la sensación de un líder que va a salvar a la humanidad.


2. Todas las personas que conociendo la gnosis  han sentido deseos de venganza contra esa enseñanza o sus dirigentes han vivido lo que he venido a denominar el síndrome de Harry Potter, donde en su imaginación pensaron que el paso por la gnosis les llevaría a la

iluminación, a la adquisición de poderes o a ser simplemente personas con un talento especial. En ningún caso comprendieron que el estado de inconciencia es fruto de muchos siglos y cambiarlo no se logra de un día para otro.


3. Atribuir todas las conductas negativas (llámense frustraciones, depresiones, incomprensiones, conducta antisocial, etc.) que se hayan podido manifestar en una persona a su paso por la gnosis es un equívoco sin fundamento, pues las causas de esas conductas estuvieron latentes en el interior de la persona, y de hecho se manifestaron con otros episodios en ambientes muy distintos y ajenos a esa enseñanza.

En nuestra opinión personal existe la posibilidad que los detractores de la gnosis califiquen esa enseñanza como negativa; como es muy probable que los que han sido beneficiados con ella la califiquen de positiva. Conceptúo que una enseñanza que no busca cambiar a las masas sino al individuo a través del autoconocimiento, es como cualquiera de los cuatro elementos: para el que tiene sed el agua es buena, pero para el que se ahoga en ella será mala; para el navegante el viento que impulsa su nave es bueno, para el que le destruye su casa es malo.


Así, la gnosis, en mi humilde opinión no puede ser calificada ni de buena ni de mala. El conocimiento gnóstico, como lo puede ser el Cristianismo o el Budismo, es siempre neutro, pues sus resultados dependen del uso que se haga de él. Aquellas mentes simplistas que catalogan el Cristianismo de negativo por las gentes que acabaron en la hoguera a manos de la Santa Inquisición son las mismas que critican ahora la gnosis. Elevar nuestras miras implica comprender que un conocimiento que busca la liberación a través del autoconocimiento es en esencia neutro, y atribuirle cualquier epíteto (positivo o negativo) es simplemente una proyección en el espejo de nuestra propia fantasía.

lunes, 11 de mayo de 2015

La Gnosis es perseguida en internet



La Gnosis vuelve hoy a ser atacada, desprestigiada y perseguida como lo ha sido siempre a lo largo de la historia.

Pero los inquisidores de hoy han cambiado el látigo, el potro de tortura y la hoguera por las calumnias, las mentiras y las palabras envenenadas vertidas a raudales en un foro de internet.

¿Quién se esconde detrás de lagnosisdevelada.com? Aquí está la respuesta:

  • Personas divorciadas de la ética y de las buenas costumbres dedicadas al chisme y la crítica que utilizan un lenguaje que muchas veces traspasa los cánones de la vulgaridad.

  • Personas sin escrúpulos que no tienen el más mínimo respeto a algo muy íntimo y sagrado en el ser humano: sus convicciones y creencias.

  • Personas que invierten horas y horas de su vida en desacreditar a cualquier precio a la Gnosis, sin conocer los fundamentos psicológicos, espirituales y ontológicos de esa enseñanza.

  • Personas que enarbolan la bandera de la libertad mientras escupen en las ideas y creencias de los demás porque según ellos están en el derecho de poder hacerlo.

  • Personas que se mofan de una orden judicial que les obliga a cerrar su foro y a pagar una cuantiosa multa por las injurias que en ese foro vierten (y se mofan por el hecho de que el juez dictó esa orden en Brasil y el foro está alojado en un servidor de USA). [Véase la orden].

  • Personas que son amables con el prójimo cuando este es de su misma opinión, mas violentos e intransigentes con aquellos que tienen planteamientos diferentes.

  • Personas obsesionadas en alejarse del conocimiento gnóstico pero también en tratar de alejar a todo el mundo de él, sin tener en cuenta el libre albedrío de cada quien y despreciando las palabras del Cristo, cuando dijo: “¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! porque cerráis el reino de los cielos delante de los hombres; y ni vosotros entráis, ni a los que están entrando dejáis entrar”.

  • Personas que no han comprendido que enseñar a pensar es de espíritus nobles, pero imponer qué hay que pensar es de espíritus mediocres.

No nos importan sus nombres. Escrito está que al árbol se le conoce por sus frutos, y al hombre por sus obras. Y es por sus obras que ya los conocemos…